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Arquitectos: PORT
- Área: 457 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Stan Zajączkowski
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Nuestro objetivo era crear un espacio de jardín infantil inspirador y estimulante, para fomentar el crecimiento y desarrollo de los niños. El edificio actúa como un "recipiente" a medida para sus usuarios, donde su forma proyecta el comportamiento, la sensación de seguridad y el autoestima de los niños. Ofrece incentivos para la alegría y la exploración, y pretende ser una ventana a su futuro, para comprender el mundo, y construir su propia identidad.
Mientras trabajábamos en el proyecto, nos enfocamos en mantener la distribución de los edificios existentes con un patio en el medio. Esto, para exponer diferentes proporciones de edificios y cambios históricos con sus detalles específicos. Introducimos nuevas funciones que conectan todo mientras se mantienen autónomos.
Siguiendo los requisitos del programa, el bloque principal existente se ha ampliado y convertido en jardín infantil. El nuevo diseño encuentra su espacio en el edificio existente, conservando su volumen y expandiéndose hacia el jardín a través de una caja moderna insertada, que ofrece a las aulas una variedad de espacios. Además, actúa como un patio interior, para fortalecer la idea de Montesori de estar en contacto regular con la naturaleza, donde el vidrio de altura completa difumina el límite entre el exterior y el interior.
A través del proceso de diseño, siguió siendo muy importante para nosotros distinguir la construcción antigua y nueva de los edificios. Dado que ambas partes tienen características materiales muy diferentes, se puede leer fácilmente su individualismo tanto desde el exterior como desde el interior. Y la fachada de vidrio frontal no solo conecta a los niños con el exterior, sino que permite a los visitantes ver y percibir el volumen y la textura preexistentes.
Una pequeña extensión de los años 80 y dependencia separada, que convertida en taller recibe también personajes únicos, reconociendo su belleza original.
El taller de trabajo, con una función de sala común, está lleno de luz, ya que introdujimos un gran acristalamiento en todas las aberturas existentes. Los muros conservan en gran parte su carácter crudo original y pocas bóvedas faltantes se han recreado con hormigón. Además, hemos añadido un vestíbulo que acompaña a un taller de obras de arte con lavabo e inodoro.
La calidad del espacio con una variedad de alturas y características dentro del complejo, así como en una habitación, ofrece a los usuarios la oportunidad de encontrar el ambiente adecuado en el momento dado. Desde rincones acogedores para esconderse hasta lugares más exclusivos, donde los niños pueden recibir la atención adecuada. Las aberturas en las paredes fomentan la alegría y la interacción entre los alumnos. Las ventanas se convierten en un asiento, un pasaje, un portal o una entrada al mundo oculto. Ofrecen conexión y estimulan la imaginación, al igual que los rayos de luz de los tragaluces, que se asemeja a un juego de luces y sombras en un bosque.
Las fachadas internas expresan la historia y la estructura del edificio. Los fragmentos de un antiguo dintel o ladrillo crean imágenes originales, pero también cuentan una historia y estimulan varios sentidos. El edificio conserva el olor a material natural y presenta su rugosidad, todos los cambios y envejecimiento en curso. Los pisos, paredes y techos a menudo conservan su carácter de construcción original. Las huellas en el hormigón muestran qué tipo de encofrado se utilizó, mientras que los elementos estructurales expuestos como una viga de amarre que une el edificio, muestran el funcionamiento de la estructura.
En el mundo actual, que a menudo está sobreestimulado y abrumado con información y productos, quizás este edificio nos pueda ayudar a aprender a apreciar el contacto con la naturaleza, la sencillez y nuestra propia identidad. Comprender la naturaleza de las cosas y cómo se construyen. Crear un marco y una atmósfera para construir nuestras primeras relaciones.
